miércoles, 20 de junio de 2007

... en la filosofía


El término simulacro, que retoma Baudrillard, ha sido previamente utilizado con relación a la Teoría de las Ideas que Platón presenta en La República, su diálogo más estudiado.

En esta obra, Sócrates describe la famosa alegoría de la caverna, en la cual realiza una distinción entre el simulacro de la realidad que conocen los prisioneros, y la verdadera sabiduría con la que éstos se enfrentan al ver el sol por primera vez.

En "El Aleph" de Borges, la alusión a este episodio de La República es utilizada con fines completamente opuestos a los de la obra original.

Umberto Eco es otro de los hiperrealistas más conocidos. El define la hiperrealidad como "la falsedad auténtica"

Daniel Boorstin se refiere a la hiperrealidad cuando plantea el advenimiento de los llamados "seudo-eventos", eventos producidos por los mass-media para ser reportados.

Jean Baudrillard, "Ilusión, desilusión estética" (fragmento)

El dominio de los artefactos sobrepasa ampliamente el del arte. El reino del arte es en rigor el de una gestión convencional de la ilusión, una convención que en principio neutraliza los efectos delirantes de la ilusión, que neutraliza la ilusión como fenómeno extremo. La estética constituye una suerte de sublimación, de dominio por la forma de la ilusión radical del mundo, que de otro modo nos vaciaría. Esta ilusión original del mundo de la que otras culturas han aceptado la cruel evidencia que dispone un equilibrio artificial. Nosotros, las culturas modernas, no creemos ya en esa ilusión del mundo, sino en su realidad (que es por supuesto la última de las ilusiones), cuyos estragos hemos escogido atemperar por medio de esa forma cultivada, dócil, de simulacro que es la forma estética. La ilusión no tiene historia. La forma estética en sí misma tiene una. Pero debido a que tiene una historia, no tiene más que un tiempo, y es sin duda ahora cuando asistimos al desvanecimiento de esta forma condicional, de esta forma estética del simulacro, en beneficio del simulacro incondicional, es decir en una escena primitiva de la ilusión, donde recuperaremos los rituales y las fantasmagorías inhumanas de las culturas más allá de la nuestra.

Fuentes:
Discursosdediseno.blogspot.com
Revistamad.uchile.cl
Ucm.es (Universidad complutense de Madrid) - “El Aleph” y la hiperrealidad mística

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